«La dinámica como punto de partida de un submundo anclado en la métrica de la sonoridad del movimiento, impulsado por una humanidad latente y multicelular, poderosa, que nos mueve desde la verticalidad del ser, contrastada con la horizontalidad del alma. En esa dualidad dolorosa me muevo, arrastrado por las fuerzas que nos rigen, desde los infinitos planos de la coréutica emocional, de vectores mestizos de un color mental en éxodo a un Zion lejano.»
Ficha técnica
Coreografía: Arantxa Sagardoy y Alfredo Bravo
Música: Dimitri Shostacóvich, Sinfonía nº 8 opus 65
Escenografía: y Figurines: Arantxa Sagardoy y Alfredo Bravo