De vuelta después de una prolongada ausencia, un hombre se enfrenta a una herencia familiar con la cual no se identifica. No se sabe quién es ni de dónde viene. Debe reconectar con su identidad. Una antigua bicicleta lo impulsa a embarcarse en el camino de sus raíces. Es sobre dos ruedas que el hombre medirá el ritmo de la vida y se lanzará en su búsqueda hacia un nuevo comienzo.
En este universo lleno de realismo mágico y magia patente, la bicicleta es más que un objeto. Es un elemento fundamental de la vida con el que se debe avanzar para no perder el equilibrio.
Este proyecto surgió de un encuentro entre el artista de circo Guillaume Doin y Yves Simard, co-director artístico de DynamO Théâtre, durante un taller de creación dirigido por este último. De esta reunión surge el deseo de trabajar juntos, pero también surgen interrogantes…