Liderando una compañía de once bailarinas y bailarines, la sudafricana Dada Masilo, una de las bailarinas coreógrafas jóvenes más célebre de su país, se apropia de este gran clásico, con sus temas, la música de Tchaïkovski, sus tutús y sus zapatillas de punta. Ella “sudafricaniza” el ballet, pero desde un profundo respeto, dándole un nuevo soplo y una nueva vida al cruzar la cuestión de los sexos, los géneros y la homofobia en un país devastado por el SIDA.
Esta relectura del “Lago de los cisnes” ha triunfado en la Bienal de danza de Lyon y después en el Musée du quai Branly, gracias a una coreografía que mezcla virtuosamente la danza de puntas y la danza contemporánea con poderosas influencias africanas. Los solos de Dada Masilo son sencillamente asombrosos. Swan Lake es la revisión apasionada de una pieza inolvidable, repleta de danza jubilosa, inteligente, explosiva y con buenas dosis de humor.